Chile. Desde el pie de los Andes. En la ciudad de Santiago. Frío. Las noches son gélidas pero ni punto de comparación con las noches a 4.000 metros de altura en Bolivia. Chile. Regreso a la civilización. Los chilenos. Los británicos de Suramérica. Incluso su libertador se llamaba O'Higgins. Chile. Primer país de Suramérica donde los coches se paran en los pasos de cebra e incluso te incitan a cruzar. Sorprendente después de tres meses intentando no ser atropellado o de ser abucheado por intentar cruzar.
Otra diferencia: en Argentina llaman colectivos a los autobuses. En Chile los colectivos son taxis compartidos que siguen una ruta concreta. Es como un autobùs pero donde sólo caben cuatro personas. Y más caro, por supuesto. Porque en Chile todo es más caro.
De cada cuatro palabras que pronuncia el chileno tres son las siguientes:
1. Huevón. Significa amigo, compañero o más españolizado: tío, colega, tronco, macho, illo, pisha, nen.... Todo el mundo es un huevón, no sólo los borrachos, vagos y delincuentes.
2. Huevada. Puede significar cualquier cosa o, literalmente, cosa. Traducido al madrileño castizo podría ser movida. "Huevón, esa huevada es una mierda".
3. Cachai. Ésta es la que más gracia me hace. Significa: "¿me entiendes? ¿me comprendes? ¿sabes?. "Huevón, esa huevada es una mierda, ¿cachai? Hay que huevear un poco ¿Cachai?"
La bebida nacional de Chile es el Pisco Sour, una especie de brandy chileno, aunque los peruanos también lo reclaman para ellos, mezclado con limón, azúcar y hielo picado. Una especie de Caipirinha a lo chileno. Pero la bebida más graciosa es el pis-cola, que por su nombre muchos ni la probarían.
La ruta chilena, más tranquilo por las carreteras, fue Arica, Iquique, Coquimbo, La Serena, Valparaíso, Viña del Mar y Santiago de Chile. Muchos kilómetros, muchas cosas en que pensar, mucha carretera y mucha gente con la que encontrarse. Es curioso como te encuentras en algún lugar de Suramérica a una persona que conociste en otro país a miles de kilómetros de distancia.