sábado, 19 de mayo de 2007

En busca de las raíces


Aunque, bueno, eso es un decir... Ahora, sito en Córdoba, la argentina, no la española, la secuela, por decirlo de alguna manera. Y como en todas las secuelas siempre fueron mejores las primeras partes. Aún así, como se suele decir en el argot guionístico, tiene cositas. Algunas calles coloniales, la marcha, la gente es más simpática que en Buenos Aires, a mi humilde entender.

Aquí me he sentido plenamente integrado en la cultura argentina. Y es que aqui es la primera vez que he estado en una fiesta en una casa completamente llena de argentinos en la cual, por lo raro, era el centro de atención. Todo gracias a la hospitalidad de Nacho y Santiago, los cordobeses que conocí en Bariloche.

A destacar también La Falda. Y no me refiero a los estrechos cinturones de algunas cordobesas, que no los hay tanto como en España, sino a una localidad situada en las Sierras Centrales de Córdoba, donde antiguamente se concentraba la alta burguesía argentina y europea en un hotel de lujo llamado Eden Hotel, hoy decadente y completamente derruido por los saqueos. En este hotel se alojo Einstein, Rubén Darío y hasta el Che Guevara en su niñez... Si es que estos progres...

Mañana tengo intención de acudir a Alta Gracia, una localidad al sur de Córdoba capital en la que hay una estancia jesuítica y en la que también residió el Ché. Como no podía ser de otra manera con su imagen explotada, también hay un museo del revolucionario.

Alta gracia la que me hizo que me robaran mi mochila auxiliar en la estación de autobuses de Buenos Aires. En Retiro. Allí me hicieron el truco del almendruco al más puro estilo de "Nueve Reinas", del desaparecido Fabián Bielinsky, o, para hacer un poco de patria, de "Los Tramposos", de Pedro Lazaga.

Yo, inocente, demasiado confiado, don despiste, andaba leyendo un libro y un hombre vino a preguntarme no sé qué. Ni siquiera le entendí. Fueron sólo 20 segundos los que descuidé la vista de la mochila. Bien, pues desapareció. El compinche de la persona que no vocalizaba me la birló. Afortunadamente no llevaba el pasaporte ni el billete de avión. Pero sí el cargador de la cámara digital, cargador que no he logrado encontrar por más que he buscado en esta ciudad, por lo que a partir de este momentos los documentos gráficos de este blog brillarán más por su ausencia que por su presencia. El resto de lo que había en el interior de la cámara es fácilmente reemplazable.

Para colmo, al día siguiente, al llegar a Córdoba, un cajero se tragó mi tarjeta de crédito. Fueron horas de pánico en los que no sabía si también me la habían robado. Afortunadamente la recuperé. Si es que lo que no me pase...

Quiero también destacar haber conocido a Maximiliano, un gigante argentino afincado en Suiza, con el que viajé a La Falda. Y A Rodrigo, un brasileño de Brasilia. Y a Kirsten y Els, holandesa y belga. Y más guiris. Que ya estoy harto de tantos.

4 comentarios:

Angie & Lyndon dijo...

Hola corazón, bueno ya veo que no somos los únicos que se despistan en las estaciones de autobuses de suramérica.. no te preocupes, eso pasa hasta en las mejores familias ;-)
Un besote muy grande!
Angie

Nely dijo...

Hola!!!

Q desastre eres... pero bueno como yo soy igual no te voy a criticar.... Para q luego digas q no te escribo... por aquí tengo q contarte, pero no s plan de ponerlo aquí... Cuidate mucho, pasatelo bien, y acuerdate q vienes el 30 de junio, q conociéndote, lo dudo...

Un beso grande guapetón!!!!!! MUAH!!!!!!!

Unknown dijo...

Aie, aie. Siento mucho lo de tu mochila. Ahora, estas bautizado en este pais. A mi todavia no me robaron nada, no me molestaron nunca... Me impresiona mucho porque suelo ser despistada. Toco madera; hay poca gente a quien no lo suceda durante su estancia aca.
Besos

Gatokiller dijo...

Siesqueeeee. Menudo mochilero estás tú hecho.
En fin, yo también he estado en Córdoba, pero en la buena. Las ferias se reproducen a una velocidad vertiginosa por estos lugares y se me antojan cercanas, seductoras y emocionantes. ¿TODAVIA TE QUEDAS UN MES Y PICO MAS?
Tú no tienes corazón, quillo, que por aquí andamos cortos y pelados de temporadas de ocio, suplidas por momentos de ocio, que no es lo mismo y tú dale que dale, siguiendo los pasos de ese tal Che, que a ver si nos lo presentas.

En fin. Un día más en el paraíso... mañana lunes... ¿lo sabías?