viernes, 25 de mayo de 2007

Y Salta



Y yo no puedo saltar porque me he torcido un tobillo caminando un poco por el monte. El ejercicio no me quiere. No me llevé la Alta Gracia aunque sí estuve allí. Y conocí a los Jorges, dos salmantinos que amablemente se ofrecieron a enviarme las fotos que allí nos hicimos. Un poquito de la casa del ché por aquí, otra pizca de la estancia jesuítica por allá. En fin, un día agradable.

Y después me vine a Salta, "la linda". Esto último es su mote y bien que lo vale. Por ahora de las ciudades más bonitas de Argentina, tranquila y agitada a la vez. Hoy re-tranquila puesto que es el día nacional del país. 25 de mayo, día de la Revolución de Argentina.

En Salta todo huele y se ve más a indígena: los rostros, la ropa, la artesanía. Hasta el acento suena más boliviano. Y a medida que vaya hacia el norte, más. Tiene una bonita y alegre plaza, muy verde y muy colonial ella. Y un cerro desde el que se observa toda la ciudad.

Aquí me volví a encontrar con Mali, la chica catalana que Diego y yo conocimos en Tigre, en Buenos Aires. Con ella me fui de excursión a Cafayate y a Cachi. ¡¡¡Excelente!!! Los paisajes de la quebrada de Cafayate son similares a los del Gran Cañón del Colorado. O eso dicen, porque yo no he estado allí. Mali también me enviará las fotos.

En las excursiones conocimos a Roberto, un argentino hijo de castellanos de 80 años que anda viajando solo por el norte de Argentina. Eso demuestra que no hay edad para viajar y que aún nos queda mucho por recorrer, tanto por conocer, y tiempo para ello. Otro caso fue el de un alemán que conocimos en la excursión a Cachi: 70 tacos. También conocimos a Diana, una chica asturiana que está recorriendo Argentina por su cuenta.

Por casualidad volví a encontrarme con Maximiliano, el chico argentino que conocí en Córdoba. Tuvimos agradables conversaciones mientras comíamos comida salteña y esta noche nos encontraremos para ir a las peñas, lugares donde se agrupan los salteños a bailar folklore autóctono. También me he encontrado con Jhonas, un danés que también conocí en Córdoba. Las cosas que tienen las rutas viajeras.

A destacar del hostel Dyron, un inglés mitad indio mitad portugués muy agradable. Rezuma tranquilidad y es bueno aprender de él en muchas cosas.

Hoy me he comprado un libro para los momentos de soledad. Y es que parece que no aprendo. Perdí Rayuela en Santiago de Chile y me robaron Las armas secretas con la mochila, ambos de Cortázar. El elegido ha sido "Puro Fútbol", una reecopilación de cuentos de Roberto Fontanarrosa relacionados con ese deporte y fuertemente recomendada por mi amigo Miguel. Una demostración de que fútbol, literatura e intelectualidad no están reñidos.

Saludos salteños.

3 comentarios:

Gatokiller dijo...

Eres un pupas con suerte. Algo te tenía que pasar, aparte de las fatigas en el barco y los robos fortuitos a lo nueve reinas. Y que sepas que fútbol, literatura e intelectualidad no son compatibles, salvo que los otros dos se apiaden del primero y eso se puede considerar un acto de caridad o de locura transitoria, lo mismo ocurre si se pone cualquier tipo de sustantivo en su lugar.

ayyyy... er fúrgol...

Anónimo dijo...

Mali, Roberto, Maximiliano... vale, sí.

Pero ¿cómo se llama la llama?

Ja, ja, ja, ajjjjg.

Perdón.

indigoCat dijo...

He Pardillo! Que lindo ver cuan lejos vas llegando! La verdad me divierto mucho leyendo tus andanzas, cuando vuelvas nos pegamos una joda de aquellas ;)

Exitos!


Dennis